Buenos días estimados miembros del Consejo Universitario, autoridades que presiden esta mesa, docentes, colaboradores, comunidad estudiantil, familia lasallista de ULSA.

Es un honor dirigirme a ustedes hoy como presidente electa de la Junta Directiva Estudiantil de nuestra universidad. Este momento representa un hito no solo en mi vida, sino en la historia de nuestra universidad, reafirmando los valores de inclusión, respeto y equidad de género que nos caracterizan. Ser la cuarta mujer en asumir este cargo y, especialmente, la primera representante del área de licenciatura, es un reto que asumo con profunda alegría y compromiso. El resultado de estas elecciones refleja su confianza en un proyecto de unión, participación y mejora para nuestra casa de estudios.

Desde el momento en que decidimos emprender este desafío, tuvimos una convicción firme: construir una universidad más fuerte, más participativa y más cercana a cada estudiante. Sabemos que el cambio no ocurre por sí solo, sino que nace de la acción, de la capacidad de escuchar y del compromiso de materializar cada propuesta que emerge del corazón de esta comunidad.

Creemos firmemente en la importancia de generar espacios de diálogo y crecimiento, donde podamos compartir nuestras ideas, fortalecernos como individuos y apoyarnos mutuamente tanto en lo académico como en lo personal. Por ello, trabajaremos de la mano con nuestra universidad para fortalecer los procesos académicos y extracurriculares, convencidos de que una formación integral es clave para nuestro desarrollo, tal como lo expresa nuestra misión institucional.

Hoy reafirmamos nuestro compromiso inquebrantable con la innovación, la transparencia y la inclusión. Porque el cambio no es una simple promesa ni una utopía inalcanzable; el cambio es el fruto del trabajo constante, de una visión clara y de la determinación de quienes sueñan con una universidad más grande y más fuerte no solo en infraestructura si no en valores y compromisos.

A quienes han depositado su confianza en nosotros, les expresamos nuestro sincero agradecimiento. Pero este camino no lo recorreremos solos. La transformación de nuestra universidad es una tarea colectiva, una responsabilidad compartida que nos concierne a todos. Hoy los invito a sumarse a este proyecto con determinación y entusiasmo, porque la verdadera grandeza de ULSA se construye con la participación activa de cada uno de ustedes.

Avancemos juntos con convicción y orgullo. Sigamos trabajando para que ULSA sea un referente académico y de liderazgo en la nación. Seamos la generación que marque la diferencia, que transforme la educación y que deje un legado imborrable.

Nunca olvidemos que en la ULSA aprendemos para servir. ¡Viva Jesús en nuestros corazones! Por siempre.